martes, 30 de abril de 2013

noticiero


todo hace pensar que estamos perdiendo el norte y la paciencia
a la hora de contar a los muertos y que sólo somos
un desierto inhóspito de formidables dimensiones
en la historia mil veces olvidada de los grandes diluvios
perseguidos por el ruido estridente de los infortunados negocios
asediados tal vez por la extraña pericia de los cheques sin fondo
y por la felicidad caduca de las vacaciones pagadas

hemos venido a parar ante este rótulo
supuestamente neutral de los telediarios
unos pecados llaman a otros y poco importa
el pececillo dorado del desorden moral 
que se esconde en la mesilla de noche 
junto a la pólvora mojada y a los barbitúricos
las agencias de noticias dan cuenta fríamente
del número de víctimas en el territorio de gaza
ya no hay piedad ni siquiera un segundo de esperanza
para estos niños que construyen puentes
entre nuestra indiferencia y nuestro olvido
mientras en la conciencia queda flotando una nube
de lluvia inocente atrapada 
entre el humo de las lamentaciones

jueves, 18 de abril de 2013

inventario


tengo un verso suelto para obsequiar a la orquesta de los últimos náufragos
tengo un verbo en adobo para registrar las alturas del oficio del hambre
y para cuando el miedo arrase la lúcida espera de los sueños minerales
tengo una estrella de fuego para que incendie la noche y riegue de plata los corazones

tengo un espíritu libre que pernocta en la playa
junto a los barcos hundidos de frustradas expediciones
tengo un termómetro de imprecisas secuencias
y una edad que proyecta su sombra sobre los rascacielos

he bebido en la fuente de las siete verdades
y he dado cuerda al reloj del movimiento obrero
he querido estar con vosotros y asumir los cargos
que la historia señala de rojo en los calendarios

sé que aún quedan jornadas de increíble desvelo
donde es posible que rocemos la virtud de la justicia
con nuestras manos de barro 
y de sangre escarchada

para ese día hermanos
para ese amanecer de abrazos y rebeldía
guardo una canción hermosa 
como un sol al final del aguacero

jueves, 11 de abril de 2013

heroes



siempre buscamos algo preciso al pie de la alambrada
una hebilla de bronce un estuche de nylon
donde amarrar las heridas de los últimos naufragios
excavamos en la corteza de los árboles y en la arena de los ríos
en la intensidad descarnada de los templos monoteístas
en la estoica nave donde se aparean los escorpiones
en los pupitres y en las procesiones
en los burdeles y en los hormigueros

hemos buscado la sal de nuestros antepasados
en las cunetas que la historia olvidó en su extraña deriva
en los caserones olvidados y en las fincas de los terratenientes
en las paredes preñadas de sangre y de plomo

hemos ido a lo largo del cauce cotidiano de nuestros desafueros
tejiendo la sábana rota de nuestra memoria
rellenando los huecos del hambre de nuestros corazones

hemos sobrevivido a la indignidad y la mentira
al asesinato impune de las violetas
y hoy venimos investidos de arrojo y valentía
a morder la raíz profunda de nuestros sueños
a restablecer la anchura de las mujeres y los hombres justos
a fermentar la levadura de este pan amargo
con reminiscencias de primavera

durante demasiado tiempo no nos quedó más remedio
que acostumbrarnos a la progresión geométrica de los latrocinios
mas ahora siento que el fervor nos delata
que la justicia avanza alrededor de cándidos funerales
ahora respiramos la atmósfera que envuelve de solidaridad
nuestro breve relato hoy formamos parte
de la estirpe gloriosa de los gladiadores
para enseñar al mundo que aún albergamos
un mundo nuevo en nuestros corazones

viernes, 5 de abril de 2013

central station


la nube de incienso desciende sobre la mística hermosura
de los túneles donde canta la rabia oculta de la pobreza
se formaliza el ágape donde los ingenieros de lo absurdo
diseñan estratagemas de latón y sobrevuelan los relojes


gime la rueda que arrastra la efigie de los terratenientes
enfrentados al célibe caos de las máquinas infernales
caminamos hacia la estación central donde los acordes
de un mayo interior presagian enfebrecidos sueños

los murciélagos de la necesidad y el virus de lo previsible
describen elipsis en la urdimbre de los siglos
y derraman el vino agrio de los racimos 
sobre el rostro impasible de los economistas

las viudas se arropan con sábanas tristes
y los jóvenes jornaleros miden con su sombra
la puntualidad de los descendientes de esclavos

desde el andén se escuchan los juramentos
mientras deambulan en cómodos plazos
la dentadura del orangután y el ocio general de los militares
cubren de babas la estrecha andadura
y como una epidemia proliferan en masa
siempre alejados a partes iguales de la razón y el suicidio

en la estación central las atrevidas esdrújulas
sueñan con acentos oblicuos y extranjeros
mientras los capataces escurren el bulto

mucho ha llovido desde entonces y sin embargo
hoy los diluvios se esconden en las tazas de café
bajo la atenta mirada de los enamorados
que entregan su libido a los tragaluces de la primavera

la novia de los trenes aguarda una palabra
una ventisca o un trueno que haga descarrilar la espera
cruza el vestíbulo lleno de jinetes pálidos
y se adormece luminosa en brazos de la marihuana

en la estación central callan los sacerdotes
que ofrecen salmos precocinados a veinte duros
mientras las madres persiguen un misterio azul
entre los cadáveres recientes de la aristocracia

en la estación central los trabajadores se debaten
entre el humo de las factorías y el martilleo 
de las ardientes soflamas y no saben bien 
que bandera enarbolar ni cual 
es la tierra donde crece el trigo

lunes, 1 de abril de 2013

mi barbero y yo


tengo un barbero que persigue las nubes en bicicleta
y que siempre que el tiempo no lo impide
utiliza cuchillas de barro y vasijas de agua fina

mi barbero sueña con muchachas de rasurado pubis
que donan graciosamente sus bragas de frambuesa
a la caja de resistencia de rubios marineros

tengo un barbero que estudia ruso por correspondencia
para poder compartir tardes de bohemia y vodka
con los habitantes que pueblan los bosques de abedules

mi barbero me estrecha la mano cuando pasa
camino de la desesperanza y se detiene absorto
en los cristales de asfalto que pueblan los eriales

tengo un barbero amigo que exprime los calendarios
y aduce exceso de idealismo para no acudir nunca
a los bailes de salón que organiza la parroquia

mi barbero orina con disimulo en los bolsillos vacíos
del chaqué de los terratenientes y peina con hoces
oxidadas los barbechos de culpa de los ricos de siempre

mi barbero no pide nunca la documentación
ni siquiera cuando acudo herido de rutina
a solventar cuestiones de urgente indecisión

tengo un barbero que de un tiempo a esta parte
se parece cada vez más a mi psiquiatra lo deduzco
por sus pechos prominentes y sus gafas de pasta