martes, 27 de noviembre de 2018

Simpleza poética



Que últimamente se diga que la poesía se está poniendo de moda es para preocuparse. No porque se lea y se escriba más poesía, sino por eso de "estar de moda" que, como bien se sabe, es algo pasajero, destinado a olvidarse pronto y ser sustituido.
No es tanto estar de moda como que haya más abundancia, sobre todo de gente que se dice poeta, más que de lectores. Y esa abundancia viene por la mayor cantidad de alfabetizados y la facilidad para escribir en redes o publicar un librito o salir en un libro comunitario. También es posible que ocurra por la crisis de valores y económica que sufrimos, que ya dijo Cervantes que "el año que es abundante en poesía suele serlo de hambre".
De tener la posibilidad de escribir, porque no se es analfabeto, a ser un escritor, hay una distancia similar a la de sostenerse flotando en una piscina o ser Michael Phelps, Mireia Belmonte o Johnny Weissmüller.
Entre escribir unos versitos e incluso publicarlos y ser un poeta hay la misma diferencia de la que tenemos cualquier pelanas canturreando en la ducha o en el coro de la parroquia y Luciano Pavarotti atacando el Nessun dorma.
Pero la simpleza a la que hago referencia en el título es uno de los aspectos más desastrosos de la nueva montonera de poetas que circulan por nuestros papeles y recitales. Me refiero a todos esos simples que afirman escribir y no corregir "porque se pierde espontaneidad"; a todos esos bobos que insisten en que cuando llega la inspiración hay que soltarla tal y como viene y no retocar nada porque eso es lo más poético.
Los sentimientos, por buenos o aparentes que sean, no garantizan un poema, lo he dicho muchas veces. Hay que añadir ideas, inteligencia, lenguaje, oficio, esfuerzo en suma; y aún así hay muchas veces que ni por esas.
A cualquier poeta de verdad, rara vez le sale un poema de un tirón, no digamos un libro. Y cuando ocurre, la mayoría de las veces es porque venía bullendo en la cabeza desde hacía tiempo. Aún esos poemas "de sopetón" suelen ser revisados una y mil veces por sus autores si es que lo son de verdad y no meros junta-palabras.
Es ley la frase del gran Paul Valery: "Un poema no se termina, simplemente se abandona". O lo que es lo mismo: el verdadero poeta repasa, corrige, quita y añade hasta que ya no puede más porque ese es el oficio, la sustancia de la creación artística, la responsabilidad de dejar la obra lo más perfecta posible. E igual le sucede a casi todos los pintores, los músicos y demás familia de creadores.
Y todo lo que no sea eso, es por lo general petulancia, torpe soberbia, vacía vanidad y ganas de ir de listo por la vida, que se convierte en ir sólo de listillo y termina en simple zoquete.
De todo esto son buena muestra las imágenes con las que ilustro este articulillo: Sendas páginas autógrafas de José Zorrilla, Gustavo Adolfo Bécquer y César Vallejo, llenas de tachaduras, correcciones y acotaciones —pentimentos, que dicen los pintores—.
¿Son sospechosos de ser malos poetas esos tres autores? ¿Es que no son modernos y no lo fueron en su tiempo? ¿Es que no tienen ni idea de lo que es la inspiración, la emoción y los sentimientos?
Queridos mequetrefes del "todo vale", del "me ha salido así", del "todos tenemos derecho", del "si leo me contamino" y de "el sentimiento no hay que retocarlo", permitidme (o no, tanto me da) que os aplique la frase de Calderón en el Alcalde de Zalamea: "¡Ah, villanos con poder!", entendiendo aquí como poder el saber juntar las letras y como villanía el no saber hacerlo más que con vulgaridad o cursilería y en "sostenella y no enmendalla" que hacía otro borrico en las Mocedades del Cid, de Guillén de Castro.
Tachad, colegas, tachad. Os aseguro que en este escrito he tachado yo más que lo que he dejado en el sufrido papel.

ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

jueves, 15 de noviembre de 2018

Jaime Sabines


Mi corazón emprende de mi cuerpo a tu cuerpo
último viaje.
Retoño de la luz,
agua de las edades que en ti, perdida, nace.
Ven a mi sed. ahora.
Después de todo. Antes.
Ven a mi larga sed entretenida
en bocas, escasos manantiales.
Quiero esa arpa honda que en tu vientre
arrulla niños salvajes,
Quiero esa tensa humedad que te palpita,
esa humedad de agua que te arde.
Mujer, músculo suave.
La piel de un beso entre tus senos
de oscurecido oleaje
me navega en la boca
y mide sangre.
Tú también. Y no es tarde.
Aún podemos morirnos uno en otro:
es tuyo y mío ese lugar de nadie.
Mujer, ternura de odio, antigua madre,
quiero entrar, penetrarte,
veneno, llama, ausencia,
mar amargo y amargo, atravesarte.
Cada célula es hembra, tierra abierta,
agua abierta, cosa que se abre.
Yo nací para entrarte.
Soy la flecha en el lomo de la gacela agonizante.
Por conocerte estoy,
grano de angustia en corazón de ave.
Yo estaré sobre ti, y todas las mujeres
tendrán un hombre encima en todas partes.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Luis García Montero, pregonero de la Feria 2018


El pasado viernes, en el pregón de las fiestas de mi pueblo, me llevé una grata sorpresa cuando el pregonero, Luis García Montero, laureado poeta, catedrático de literatura y recién nombrado director del Instituto Cervantes, citó mi nombre y leyó los primeros versos de este poema que aparece en el pequeño libro editado en el 2000 y dedicado a los primeros 20 años del Certamen "Villa de Sonseca" y que yo mismo elaboré. También contó Luis algo que hasta ahora nos había pasado inadvertido y que figura en el mismo libro: en 1983, en el IV Certamen Literario, el primer premio en la modalidad de narración fue para Fernando Aramburu Irigoyen, autor de la multipremiada novela "Patria", que a sus 23 años vino desde San Sebastián a recoger dicho premio (10.000 ptas.) a nuestra localidad.

Solo eché en falta que Luis no hiciese ninguna mención a la visita que Rafael Alberti, con el que mantuvo una gran amistad y a cuya obra poética dedicó su tesis doctoral, realizó a Sonseca en 1984 invitado por el Centro Cultural Revuelo y acompañado del hoy televisivo escritor Benjamín Prado. Aunque su pregón estuvo muy bien documentado, se ve que sus informantes no le hicieron saber este jugoso detalle que sin duda no hubiese dejado pasar en su discurso.

En definitiva, todo un lujo para Sonseca este pregonero, acallando las voces críticas de los ultras que pretendían boicotear dicho acto. Me quedo, sin duda, con esa reivindicación ante mis paisanos de un Certamen, ya desaparecido tras 34 ediciones, y al que, después de ser premiado en 5 ocasiones, renuncié a presentarme y al que me incorporé como organizador y miembro del jurado desde 1985 al 2014 y que sirvió para llevar el nombre de Sonseca por toda la geografía nacional.

En su poco conocido y delicioso libro de ensayo, titulado “Poesía, cuartel de invierno” (Ed. Hiperión, 2ª edición, Madrid, 1988), el entonces joven y emergente poeta Luis García Montero escribía que “la poesía, como cualquier forma de literatura, es un discurso ideológico, una manera intelectual de concebir el mundo”. Tal vez por este doble compromiso, hemos coincidido en Toledo en dos ocasiones: en el homenaje en 2011 a los fusilados del patio 42 y en el más reciente a las Víctimas del Holocausto en noviembre pasado. Salud y Poesía.



 

martes, 21 de agosto de 2018

asma


tú no eres
como los otros
me reñía mi madre
cuando ungido
por el ansia
de estar vivo
pretendía
jugar en la calle
correr tras la pelota
y el asma me vencía

fueron
tiempos difíciles
en los que todos
éramos pobres
y el mejor regalo
era una fuente
o un pozo
en la casa
de vecinos
iba al colegio
con ropa
prestada
con calzado
de viejo
y con vergüenza
de niño

no había coches
ni bicicletas
sólo carros
tirados por mulas
para repartir el pan
y la gaseosa
no había
supermercados
solo algunas
tiendas
de ultramarinos
cuarto y mitad
de fideos entrefinos
y una onza
de áspero chocolate

la vida
estaba en la calle
y yo me asomaba
tímido 
y expectante
así aprendí
a estar solo

tú no eres
como los demás
me decía mi madre
y tenía
tanta razón
que ahora sigo
siendo distinto
por eso sueño
y escribo versos
para poder
trascender la soledad
de aquel niño
que hoy represento

domingo, 18 de marzo de 2018

jueves, 1 de marzo de 2018

intrépido


                                                                              Damiano Taurino

habitante
de un sueño
inacabado
desertor
de una lógica suicida
desnudo y tierno
en mi soledad
invado los senderos
cruzo los puentes
asalto las azoteas
donde arde
la poesía
me consumo
en ese fuego
y me conformo
con ser ceniza
que vuela
sobre los tejados
y sobre las almas
epicúreas
que habitan
esa nueva
primavera
que aún está
por venir


viernes, 26 de enero de 2018

Claribel Alegría (1924-2018)



Soy una chispa
en la tierra
un desahogo fugaz
del corazón que nos piensa.

Ha sido ésta una semana negra para la literatura mundial. Al fallecimiento del chileno Nicanor Parra y de la estadounidense Ursula K. Le Guin, se sumó en las últimas horas el deceso a los 93 años de la poeta, ensayista y traductora nicaragüense Claribel Alegría, a la que hace unos meses dedicábamos una entrada en este mismo blog, con un fragmento de su poema el abismo

Clara Isabel Alegría Vides nació el 12 de mayo de 1924 en la ciudad de Estelí en Nicaragua. Su padre fue Daniel Alegría, médico nicaragüense, y su madre, Ana María Vides, salvadoreña. Claribel siempre afirmó que se sentía salvadoreña porque desde muy pequeña se fue a vivir con sus padres a El Salvador. En este lugar le ocurrieron posiblemente las cosas que más la marcarían, como el haber presenciado, a los ocho años, una terrible masacre cometida contra miles de indígenas.

Vivió muchos años en Estados Unidos y contrajo matrimonio con el escritor y diplomático estadounidense Darwin J. Flakoll, con quien tendría cuatro hijos. En 1985 Claribel regresó a Nicaragua para ayudar a la Revolución Sandinista en la guerra de agresión impuesta por los Estados Unidos.

Como escritora y poeta goza de fama internacional. Su obra ha sido traducida parcialmente a 14 idiomas y ha recibido varios premios internacionales, como el Casa de las Américas de Cuba en el año 1978 y el año pasado fue galardonada con el XXVI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
Quiero ser todo en el amor
el amante
la amada
el vértigo
la brisa
el agua que refleja
y esa nube blanca
vaporosa
indecisa
que nos cubre un instante.


martes, 23 de enero de 2018

Nicanor Parra (1914-2018)


Tal día como hoy, ha fallecido a los 103 años el poeta, matemático y físico chileno Nicanor Segundo Parra Sandoval. Creador de la antipoesía, es para muchos críticos y autores uno de los mejores poetas de Occidente.​ Nacido  en el seno de una modesta familia, fue el mayor de ocho hermanos  que nacieron del matrimonio conformado por Nicanor Parra, maestro y músico, y Rosa Clara Sandoval Navarrete, tejedora y modista de origen campesino, aficionada al canto de música folclórica. Ha recibido el Premio Nacional de Literatura (1969) y el Premio Miguel de Cervantes (2011), entre otras distinciones, además de haber sido candidato al Premio Nobel de Literatura en diversas ocasiones.
En 1937 se graduó como profesor de matemáticas de la Universidad de Chile, y comenzó a ejercer como docente en liceos de Santiago. En 1943 viajó a Estados Unidos para estudiar un posgrado y regresó  como físico especialista en indeterminación y relatividad,​ para incorporarse como profesor titular de Mecánica Racional en la Universidad de Chile. Poco después, en 1948, fue nombrado director interino de la Escuela de Ingeniería de dicha casa de estudios, cargo que ocuparía durante veinte años.

Su poesía es marcadamente crítica, cuestionadora, anticlerical, política y contingente, y junto a sus antipoemas posmodernos y analíticos se sitúan también poemas ecológicos y otros de tradición oral, popular y local. Utilizando recursos del absurdo, el humor, el arte callejero y la cultura popular, Parra se ha caracterizado por democratizar la poesía, acercándola a lectores de distinto nivel socio-cultural. Desde los años 1970 comenzaría a trabajar con los poemas visuales de sus conocidos «artefactos».

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo
Lleno de toda clase de problemas
Con el ceño fruncido
Como si fueras un hombre vulgar y corriente
No pienses más en nosotros.

Comprendemos que sufres
Porque no puedes arreglar las cosas.

Sabemos que el Demonio no te deja tranquilo
Desconstruyendo lo que tú construyes.

El se ríe de ti
Pero nosotros lloramos contigo:
No te preocupes de sus risas diabólicas.

Padre nuestro que estás donde estás
Rodeado de ángeles desleales
Sinceramente: no sufras más por nosotros
Tienes que darte cuenta
De que los dioses no son infalibles
Y que nosotros perdonamos todo.

domingo, 7 de enero de 2018

esencia


soy el aire
que divide las montañas
el agua silenciosa
que se oculta en los desiertos
la luna que baña
la noche de plata
y de misterio

soy el pan en el horno
y soy la llama
que arde en cada beso
soy la mano
que reposa cálida
sobre tu pecho
en esta
noche de invierno